Finaliza la cumbre de Cancun, a nuestro parecer con un acuerdo totalmente descafeinado que no atiende a la multitud de propuestas de los diferentes grupos sociales y científicos que abogan por un acuerdo definitivo donde se concreten compromisos por parte de todos los paises de reducciónes emisiones de gases de efecto invernadero para evitar el calentamiento del planeta por debajo de 1,5º C en los próximos 20 años.
Desde Cnidaria, aunque hacemos nuestra propia valoración, queremos mostrar las diferentes interpretaciones que se hacen desde dos importantes grupos ecologistas, Ecologistas en Acción y Greenpeace.
Ecologistas en Acción realiza la siguiente valoración:
La COP16 de cambio climático finaliza dejando de lado las propuestas de la justicia climática, relacionadas con el aumento de temperatura máximo, la responsabilidad de los países industrializados en la mitigación y en la continuidad del Protocolo de Kioto, en la forma en que se lleve a cabo la financiación y en los mecanismos basados en el mercado. En este acuerdo, no se establece 1,5ºC como aumento de temperatura máximo, se mantiene el riesgo de que no exista un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, no se fijan unos compromisos de reducción de emisiones de los países industrializados en consonancia con la ciencia, no se evita que los mecanismos de financiación generen nueva deuda externa a través del pago de los intereses, se profundiza en la dilución de las responsabilidades comunes pero diferenciadas sobre el cambio climático, y se ofrece un cheque en blanco al aprobar un documento que incluye apartados que están por definir en un futuro.
Ecologistas en Acción lamenta profundamente que las propuestas de cientos de organizaciones sociales de todo el mundo, que representan las soluciones reales para combatir el cambio climático no se hayan tenido en cuenta en un dudoso modo de proceder, alejándose del consenso de todos los países de la Convención al obviar a Bolivia.
Asimismo, resulta preocupante que la situación de las negociaciones internacionales vuelva a una situación de declaración de intenciones de compromiso en el futuro, en vez de compromisos reales, tal y como requiere la situación de urgencia en la que se encuentra el cambio climático.
Por su parte, Greenpeace lo valora de la siguiente manera:
Este acuerdo:
- Reconoce la necesidad de quedar por debajo del aumento de temperatura global de 2ºC.
- Establece, por primera vez en un texto de Naciones Unidas, un objetivo de reducción de emisiones conjunto para los países industrializados de entre el 25 y el 40% para 2020 (tomando como base los niveles de 1990).
- Reconoce la insuficiencia de los actuales compromisos de reducción de emisiones para evitar los peores impactos del cambio climático, así como la necesidad de revisarlos de acuerdo con el límite anterior.
- Establece el fondo verde para vehicular las aportaciones de los países industrializados para apoyar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo.
- Establece el mecanismo para la reducción de la deforestación y la protección de los bosques (REDD).
En Cancún se ha demostrado que el proceso multilateral de Naciones Unidas, pese a su complejidad, es el único capaz de alcanzar logros en la lucha internacional contra el cambio climático. El acuerdo de Cancún recoge todos los elementos esenciales para avanzar en la lucha internacional contra el cambio climático pero lo hace, en algunos casos, a modo de “cajas vacías” que habrá que llenar de contenido en 2011.
Es cierto que este acuerdo no es, todavía, lo que el clima necesita pero es más de lo que cualquiera de nosotros hubiera podido predecir 48 horas antes del final de la cumbre. Es como un tren que llega en el momento justo y va en la dirección correcta pero a escasa velocidad.
Sin embargo, Cancún ha sido un paso adelante en la lucha contra el cambio climático, tanto por su contenido como por su simbología: alcanzar un acuerdo después de años de bbloqueos en la negociación era esencial y, pese a que no sea el mejor acuerdo del mundo, debemos darle el valor que tiene.
Desde Cnidaria, nos decantamos más hacia la valoración de Ecologistas en Acción, aunque muy a nuestro pesar, compartimos con Greenpeace la idea de que nos tenemos que agarrar a un clavo ardiendo, y en este caso, no hay otro...Es nuestra única esperanza.


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