El ministro australiano de Medio Ambiente, Peter Garret, indicó que su Gobierno presentará el recurso a comienzos de la próxima semana.
"Nuestra intención es frenar la caza de ballenas en nombre de la ciencia en la Antártida", subrayó Garret.
La decisión del Ejecutivo australiano se produce después de que fracasaran las negociaciones bilaterales con las autoridades de Japón y en el marco de la Comisión Ballenera Internacional.
El Gobierno japonés asegura que su caza las ballenas en la Antártida se realiza con fines científicos bajo el permiso de la Comisión Ballenera Internacional, mientras que las autoridades de Australia y Nueva Zelanda consideran que el motivo es exclusivamente comercial.
Japón abandonó la caza de ballenas en 1986 por la moratoria impuesta a nivel internacional, pero la retomó en 1987 alegando motivos científicos que los ecologistas consideran una tapadera y califican como "investigación letal".
Estas imágenes fueron tomadas por los servicios de vigilancia aduanera de Australia, y en ellas se puede ver como un ballenero japonés, está embarcando la captura de un ejemplar adulto y su cría, contraviniendo los acuerdos alcanzados con la Comisión Ballenera Internacional. Y además, las autoridades niponas no niegan la evidencia de que la carne de ballena recogida por los arponeros, que tienen grabados en grandes letras la palabra "Research" (Investigación) en sus cascos, se vende a precios bastante asequibles en los restaurantes de Japón.
Por otra parte, esta semana, comenzó en Tokio el juicio contra un ecologista neozelandés, Peter Bethune, acusado de abordar un barco de la flota ballenera japonesa en la Antártida.
Bethune, del grupo ecologista Sea Shepherd, se enfrenta a una condena de hasta 15 años de cárcel, que podría conocerse a mediados de junio.El ecologista, de 45 años, abordó el pasado febrero el barco japonés "Shonan Maru 2" y cortó la red que protegía la nave para protestar por la matanza de ballenas.
Los balleneros japoneses planean cazar este año cerca de mil ejemplares.
Otros países que también cazan ballenas o delfines para aprovechar su carne son Noruega e Islandia, así como las Islas Feroe y Groenlandia (dependientes de Dinamarca).

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