La resolución adoptada por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) que finalizó ayer en París, y en la que se discutía la situación de la pesca y su efecto sobre el futuro del atún rojo, en serio peligro de extinción, ignora las recomendaciones de las organizaciones ecologistas, y reduce su pesca únicamente en un 4 % lo que se define como "claramente insuficiente" por organizaciones conservacionistas que llevan años luchando por la protección del atun rojo (Thunnus thynnus).
Los gobiernos que han participado en ICCAT acaban de aprobar una cuota de pesca de atún rojo para 2011 de 12.900 toneladas, lo que supone una reducción nominal respecto al año pasado, pero que permitirá otra temporada de pesca destructiva que incumple los objetivos de recuperación acordados previamente.
Los gobiernos participantes en la cumbre acaban de acordar un plan de pesca para el atún rojo que sólo permitirá la recuperación de la especie en un 30%. A pesar de las repetidas alarmas científicas, los delegados de ICCAT han vuelto a doblegarse a los intereses pesqueros, firmando así la sentencia de muerte de esta especie. En esta reunión se debería haber cerrado la pesquería de atún rojo del Mediterráneo.
Las discusiones mantenidas en ICCAT han vuelto a demostrar que la pesquería está fuera de control y que miles de toneladas de atún rojo capturado ilegalmente siguen teniendo acceso al mercado. Las empresas de pesca y engorde de atún rojo han ignorado reiteradamente sus obligaciones para garantizar la recuperación de la población para 2015, y han aprobado una cuota que sólo tiene un tercio de probabilidad de recuperación de la población.
Como no puede ser de otra manera, desde Cnidaria condenamos energicamente esta resolución en pro de la amenaza que supone para la especie. Nos solidarizamos con las respectivas organizaciones ecologítas y exigimos el cierre de las pesquerias del Mediterraneo y la protección del los principales lugares de desove, como el santuario Balear.






